martes, 14 de diciembre de 2010

El polo opuesto de la globalización II





Ya no escribo cuentos, ni suelo sonreír
Se acabaron mis palabras de tanto maldecir
Trastorno adaptativo a causa de sufrir
Se perdió mi inocencia al sentir la realidad...
Millones de niños mueren de hambre y sin hogar
Siento ganas de gritar, de llorar...
¿Acaso el hombre esta situación no puede remediar?
Cuándo no existe cosa más fuerte que su propia voluntad.
¿Será que no interesa sus vidas salvar?
¿Será que nada nos importa ya?
¿Será que se perdió nuestra humanidad?
Si llorásemos todo el mal que permitimos nos ahogaríamos en nuestras propias lágrimas.  

    
El cambio está en nuestras manos
   "LA LIMITACIÓN MÁS GRANDE DEL SER HUMANO RESIDE EN SU PROPIA MENTE."