Conozco el dolor... y el sabor de la tristeza también.
He tropezado, he caído y me he levantado...
Eterna condena, que mi tobillo arrastra por cadena.
Me pagaron con desamor cuando más amé
Me engañaron cuando plenamente confié
Huraño y receloso... la gente, ahora critica mi forma de ser...
Pisaron mi castillo, mi bonito castillo de arena...
No importa, no sufras, que no te de pena.
Con el mismo entusiasmo volveré a construir sus cimientos
Con el mismo amor daré forma a sus torres
Pero cuidado...
Jamás tu pie volverá a derrumbarlo...
Cada lágrima, cada caída y cada puñalada,
Han endurecido la arena...
Ahora sus muros son de gruesa piedra y se hace llamar: Fortaleza.