miércoles, 9 de septiembre de 2009

Princesas de la noche...



Las sombras avanzaban rápidamente sembrando todas las calles de oscuridad, la noche se presumía exageradamente cerrada.
Ella caminaba sola, apenas era visible por el escaso alumbrado de la callejuela del casco antiguo, que desembocaba en la gran avenida. El sonido rítmico de sus tacones rompía el absoluto silencio. Su cuerpo se contoneaba de forma sugerente a cada paso. Un pequeño bolso todo su equipaje, la ligereza de ropa indicaba su profesión... Muy escondido en su espalda se ocultaba más de un moratón.
Llegó a la esquina, se apoyó en su farola... El transito en la avenida no era demasiado denso, aún así ya comenzaron escucharse los primeros piropos obscenos, que ella estaba tan acostumbrada a ignorar, un coche se detiene...
Dos pasos decididos hacia el coche fueron suficientes para que su delicado rostro se iluminara por completo. Radiante, bella, seductora... se aproxima como un autentico depredador a su presa.
- ¿Nos damos una vuelta, guapo?
Un simple gesto el indicador para que ella suba al vehículo...
- Su rostro me resulta muy familiar... – Pensó ella, observando detenidamente al cliente.
- ¡Claudia!, al fin te he encontrado... –gritó emocionado el hombre, mientras la abrazaba con todas sus fuerzas- ...tres largos años, tres años tras tus pasos... oh, Dios... gracias, gracias a Dios estás bien.
Lágrimas manchadas de alegría, miedo y vergüenza se escurrían por las mejillas de Claudia. Un nudo de emoción desatado en su garganta impedía que pronunciase palabra alguna, la agonía dio paso a unos sollozos desbocados.
- Cesar, Hermano... –Sollozó ella, mientras se apartaba para contemplar su rostro.
- ¡Vámonos a casa...!
Tras la estela de humo que dejaba el coche en su movimiento, quedaban ya los amargos sufrimientos de un secuestro y una mujer obligada a prostituirse a cambio de salvar su propia integridad física...
Amenazas, malos tratos, palizas e incluso vejaciones...
En la mayoría de los casos las mujeres son engañadas y obligadas por la fuerza a ejercer la prostitución.

¿Y si... le tocase a alguien de tu familia, pagarías sus servicios?

   "LA LIMITACIÓN MÁS GRANDE DEL SER HUMANO RESIDE EN SU PROPIA MENTE."